El riego en los bonsáis

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Los bonsaís a diferencia de las plantas que crecen en el campo, tienen el espacio para las raíces restringido a las dimensiones del tiesto. Además éste suele ser bastante plano. Por tanto, el agua de la que dispondrán será la que nosotros le suministremos en forma de riego.

Las plantas absorben el agua y los nutrientes a través de las raíces más finas (llamadas capilares), pero las raíces también respiran, por lo que además de agua necesitan aire. El conocer este hecho tan simple nos ayudará a saber cuándo hay que regar.

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Si quitásemos un bonsái de su maceta veríamos que la mayoría de raíces finas se encuentran de la mitad del tiesto hacia abajo, por ello el riego debe llegar al fondo para ser absorbido. Esto nos da idea de cómo debemos regar.

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Visto desde la práctica, podemos decir que cuando la superficie de la tierra se nota seca (se ve fácilmente porque cambia de color y se pone pálida), ya ha entrado en el sustrato suficiente aire para que las raíces respiren. Es el momento adecuado para regar. ¿Cada cuántos días ocurre esto? Dependerá de la época del año, el clima, la especie de bonsái o si está en interior o en exterior. En verano y al exterior casi con seguridad deberemos regar cada día.

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Cada riego deberá ser abundante, hasta que el agua salga por los orificios de drenaje. Es mejor hacerlo en dos veces, la primera mojando tronco, hojas y la superficie de la tierra y la segunda después de unos minutos, en abundancia, hasta que el agua excedente salga por el fondo del tiesto. Luego:

“No volveremos a regar hasta que la superficie de la tierra se vea o se sienta seca al tacto otra vez”

El mejor riego es el que se realiza con una regadera que tenga una rosa de agujeros finos por la que el agua salga en forma de lluvia suave.

Las bandejas que acompañan a los bonsáis sirven para que el agua no manche los muebles. Después del riego esta bandeja ha de quedar vacía.

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Riego por inmersión

Puede que durante los primeros días de tener un bonsái nos surjan dudas de si regamos bien o mal. Un riego por inmersión nos puede ayudar.

Sumergimos árbol y tiesto  dentro de un barreño con agua hasta que cubra por completo la tierra y observamos las burbujas que suben a la superficie. Si salen una gran cantidad, lo hemos dejado secar demasiado. Hubiésemos tenido que regar un día antes.

Si las burbujas suben como en el aireador de un acuario durante más o menos un minuto, es el momento justo de regar y si, sólo observamos algunas espaciadas, estamos regando sobre mojado y corremos el riesgo de pudrir las raíces de  continuar con esa periodicidad.

Una vez conocidas las necesidades hídricas de nuestro árbol, podemos volver a la regadera.

El riego por inmersión es muy útil además cuando nos hemos olvidado de regar y el pan de tierra se ha separado de las paredes del tiesto. En este caso, si regamos con regadera, el agua desliza sobre la superficie del sustrato y se va por los bordes sin penetrar en él. Si sumergimos el bonsái  durante cuatro o cinco minutos (hasta que deje de hacer burbujas), la tierra volverá a esponjarse.

Indicaciones para un buen riego:

Regar cuando la superficie de la tierra se note seca

Regar con abundante cantidad de agua

No volver a regar hasta que no se vuelva a secar

Regar con regadera que posea una rosa de agujeros finos

Regar por inmersión si tenemos dudas de la calidad del riego o cuando el sustrato se haya secado demasiado

No dejar agua dentro de platos o bandejas

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Algunas consideraciones importantes:

Los pulverizadores que se utilizan para mojar el follaje no sirven para regar, solo mojan la superficie de la tierra.

La calidad del agua es importante. Si utilizamos agua de grifo la dejaremos reposar al exterior para que evapore el cloro. Si contiene cal mejor utilizar agua de botella o de lluvia.

Pulverización

La humedad ambiental es vital en aquellas especies que adaptamos a vivir en  interiores y en las de exterior cuando el clima es seco y cálido o soplan vientos muy fuertes la, pulverización del follaje con agua blanda es la solución en estos casos.

El rocío limpia las hojas desobstruyendo los poros de partículas de polvo y lavando posibles huevos de plagas. Para esta operación existen pulverizadores especiales que producen una niebla muy fina.

Riego en vacaciones

Para quienes tenemos muchos bonsáis o plantas en casa, el ausentarnos unos días suele ser motivo de preocupación.

Existen en el mercado una gran variedad de sistemas de riego por goteo o por aspersión con programadores que permiten regular la frecuencia  y la duración del riego.

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Si en cambio tenemos pocos bonsáis, podemos utilizar un sistema llamado Hidrobonsái que mantiene la tierra húmeda a través de una mecha que se introduce por los drenajes de la maceta y va sumergida por el otro extremo en un depósito de agua que se sitúa debajo del tiesto. El agua sube por capilaridad a condición de que el sustrato y la mecha se hayan empapado previamente. Podemos encontrar este sistema en nuestro proveedor habitual de productos para jardinería o bonsái. 

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