La berenjena

La Solanum melongea, conocida en nuestras casas como berenjena, es originaria de Asia, donde existen documentos que afirman que los chinos ya la cultivaban en el siglo V a.C. A Europa no llegó hasta la Edad Media, después de la introducción en la península ibérica por acción de los árabes, y desde este punto se extendió a otros países. En las berenjenas el agua es el elemento mayoritario de su peso. Contiene una cantidad intermedia de fibra, más abundante en la piel y en las semillas.

El aporte de sales se lo debe al potasio, el mineral más abundante, y en su composición se contabilizan cantidades discretas de fósforo, calcio, magnesio y hierro. Las propiedades dietéticas saludables atribuidas a la berenjena se deben a sus componentes antioxidantes, responsables de su ligero sabo amargo.

La berenena es rica en fibra, vitaminas, minerales, flavonoides y muy baja en calorías. Se le atribuyen propiedades diuréticas y un posible efecto anticancerígeno. Las hojas y el fruto verde contienen solanina, que es un alcaloide tóxico. La berenjena no se puede consumir si no está bien madura. Habitualmente se consume a la brasa, a la plancha, frita o rebozada, hecha al horno… para eliminar el sabor amargo que puede dejar, se aconseja dejarla cortada y salada durante aproximadamente media hora, y lavarla abundantemente con agua tras esta operación.

Como el tomate y el pimiento, pertenece a la familia de las solanáceas. Crece y fructifica durante varios años aunque se cultiva como anual en países templados ya que no resiste el frío del invierno.  De la berenjena encontramos muchas variedades en el mercado, que están clasificadas según la forma del fruto, que puede ser redondo o alargado, de diferentes tamaños. También hay variedades de diferentes colores, que van del negro al morado, al blanco, rallado…

Cultivo

Es una de las hortalizas que más gustan del sol y del calor para desarrollarse. Puedes trasplantar el plantel en plena primavera y cultivarla en verano. Gracias a su sistema radical, su crecimiento es muy rápido. Si está bien ubicada, de una sola planta puedes llegar a cosechar hasta 10 kg. De berenjenas. La recolección se inicia a los dos meses de la plantación y se puede alargar hasta que las temperaturas más frescas del otoño detendrán el crecimiento de la planta. Recolecta las berenjenas antes de que formen semillas, cuando estén un poco blandas en la parte superior. Las raíces se pueden extender de forma horizontal si están plantadas en recipiente o si, en el suelo, encuentran algún impedimento. Probablemente se trata de la hortaliza que requiere más sol y calor para desarrollarse. Se puede trasplantar del plantel en plena primavera y se cultiva en verano.

Recuerda que…

Debido a su potente sistema radical, no encaja bien con otras hortalizas, tan solo con algunas de ciclo corto, como el rábano o la lechuga.

Puede ser atacada por la mosca blanca, hongos y pulgón

También puedes comerte sus flores

Berenjenas rebozadas

Ingredientes:

1 berenjena grande

sal

200 gr. de harina

½ cucharadita de sal

250 ó 300 ml. de agua mineral con gas o de cerveza

aceite de oliva

Preparación:

Lava la berenjena, córtala a rodajas muy finas y colócala en un cuenco para espolvorearla con sal. Mezcla la harina y ½ cucharadita de sal en un cuenco mediano y añade poco a poco el agua con gas o la cerveza, mientras bates la masa sin cesar. Deja de añadir líquido, cuando la masa tenga la densidad de una masa densa para tortitas.

Enjuaga las rodajas de berenjenas un momento bajo el grifo de agua fría y deja que se escurran bien. Calienta en una sartén suficiente aceite para que las rodajas puedan “nadar” en él.

Moja las rodajas una por una en la masa, déjalas escurrir un momento y fríelas por ambos lados hasta que estén doradas. Pon las rodajas fritas primero en un plato con papel absorbente y colócalas después en forma de rosetón encima de una bandeja de servir.

 

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