LA PODA DE PALMERAS

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Las palmeras son muy diferentes a los árboles. Una de las diferencias más notorias es que en la mayoría de los casos solo tienen una yema apical generatriz situada en el interior del estipe (tronco), justo debajo del penacho de hojas. Si esta yema se daña, las palmeras padecen alteraciones morfológicas como la bifurcación del tronco, otras malformaciones, o mueren. Solo tienen crecimiento secundario en sus primeros estadios de desarrollo hasta que alcanzan el grosor de estipe definitivo. No tienen la capacidad de regenerar los tejidos dañados, por lo que hay que evitar las heridas.


Desde el punto de vista de la biología, es mejor no podar las palmeras, ya que las hojas secas las protegen de los agentes meteorológicos, sol, frío, vientos salinos, además de proporcionarles materia orgánica cuando se desprenden. La poda es pues, una necesidad creada por motivos de seguridad, necesidades de adaptación a las características del emplazamiento, ornamentales, estéticos y otras condiciones. Si decidimos podar, debemos de respetar el máximo de hojas verdes posible, siendo el óptimo la eliminación solo de las que están muertas. No es cierto que las palmeras crecen más cuantas más hojas le quitas, si no al contrario, al quitar hojas verdes reducimos su capacidad fotosintética y por lo tanto nutricional, produciéndole un gran estrés. La eliminación de muchas hojas verdes puede causar un pronunciado estrechamiento del estipe.
La poda y su frecuencia varía según la especie de palmera, la situación, las características culturales de la zona, etc. pero normalmente se actúa cada 2 – 4 años y siempre que haya hojas secas que no deseemos. En zonas templadas se puede podar después del periodo de heladas. En zonas frías es mejor dejar las hojas secas pegadas al tronco y si hay que eliminarlas, realizar la operación en los meses estivales.

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EVOLUCIÓN DE LOS MATERIALES DE SEGURIDAD
El trabajo de podador de palmeras tradicional es un oficio peligroso, penoso y duro. En la actualidad, gracias al esfuerzo de algunos profesionales del sector, se han puesto a disposición del especialista nuevas técnicas y materiales de seguridad más acordes a los tiempos de desarrollo que vivimos.
Al principio solo existía la cuerda trenzada de pita u otras fibras vegetales. Ésta se pasaba por debajo de los brazos y por detrás del tronco de la palmera; se anudaba a la distancia necesaria y con los pies descalzos se ascendía por el estipe. Hoy en día en entornos rurales todavía se utiliza esta modalidad.
Introducción de los estribos o escalones de escalada
En 1987 adaptamos los estribos de escalada a la trepa de palmeras. Utilizábamos varias cintas de nilón, o anillos cosidos ajustándolos al estipe. En el extremo del anillo situábamos el estribo, progresando en altura al ir subiendo una cinta y el estribo correspondiente y con los pies seguros en el otro. Se trabajaba con el arnés tradicional de cuero. Era una técnica un poco lenta,pero bastante segura. Utilizábamos una escalera para empezar la ascensión a 12 m.
Espuelas
Casi al mismo tiempo se empezaron a utilizar masivamente las espuelas con el arnés tradicional de cuero. Estos útiles han dañado y siguen dañando de forma irrecuperable miles de estipes en la franja mediterránea. Las espuelas son nefastas para la sanidad y la estética de estas hermosas plantas, cribando literalmente sus estipes de agujeros, al ser podadas periódicamente. Estos útiles proporcionan al que los usa una «cierta seguridad», comodidad y rapidez en el trabajo, aunque ante un hipotético accidente, por ejemplo un desmayo, los pies se separan del estipe y el operario se precipita al vacío.
Introducción de la bicicleta
En 1989 introdujimos proveniente de Inglaterra la primera bicicleta. Ésta consiste en un fleje de acero regulable, un eje con un taco de goma y el molde donde se apoya la bota. Se coloca uno en cada pie y se utiliza descargando el peso cada vez en una pierna y subiendo la otra. Después de 10 años de impartir formación en poda de palmeras por media Europa, podemos decir que la bicicleta se ha impuesto como el sistema más apropiado para realizar el trabajo de poda con seguridad y sin causar daños a la palmera.
Introducción del arnés de trabajo de nilón y la eslinga de acero regulable
Posteriormente fuimos introduciendo el primer arnés de trabajo de nilón y la eslinga de acero regulable mediante una mordaza. Esto supuso un gran avance en la seguridad y la comodidad del trabajo.
Introducción de grúas
Para podar alineaciones de palmeras en la ciudad y ejemplares aislados accesibles, se utilizan de forma muy eficaz y rentable las grúas. Este es el sistema más seguro y el que exige la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en España. En aquellos casos en que las grúas no puedan acceder, como en terrenos blandos, con mucho arbolado, o la palmera es más alta, se podrán utilizar sistemas individuales de protección, como la bicicleta u otros.
MATERIALES DE CORTE
De forma tradicional, en el levante español se cortan las palmas de casi todas las palmeras de hoja pinnada con el corvellot o hacha de palmerero. Más al sur, en Málaga, se usa la márcora, en Cádiz el hacha, y así sucesivamente.
En la actualidad utilizamos la motosierra para rehacer la balona(1) y cortar las hojas hasta una corona(2) antes de la línea establecida, ya que ahorra tiempo y un esfuerzo considerable. El acabado y el corte de las últimas hojas se hace con la cuchilla de palmerero. Hay que tener especial atención para no dañar por debajo las hojas que dejamos, ni el estipe de la palmera. En las palmeras de hoja palmada, utilizamos el serrucho o la motosierra. Para eliminar los frutos no deseados o secos se utiliza el gancho de palmeras, que es una cuchilla curva unida a un mango largo de madera.
MATERIALES DE SEGURIDAD PERSONAL
Con la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995 y sus normas de desarrollo, quedó establecido un marco legal en materia de salud y siniestralidad laboral, adaptado a la normativa europea.
En un principio los podadores eran muy reacios al uso del equipo de protección personal (EPI – PPE), por incomodidad, falta de costumbre, etc. Pero con el paso del tiempo, debido a la formación y los accidentes, entre otras razones, se han ido adaptando y en la actualidad su uso ya está muy extendido.
El PPE básicamente está compuesto de:
• Casco con auriculares y visera o gafas.
• Mascarilla o pañuelo, que alivia de la gran cantidad de polvo y polen.
• Pantalones, chaqueta o manguitos anti-corte de color llamativo para que localicen al operario con facilidad en caso de accidente.
• Botas de material anti-corte con puntera de acero.
• Guantes anti-corte.
ORGANIZACIÓN Y ESQUEMA DE TRABAJO
Es necesario un plan de gestión que ordene y secuencie en el tiempo todas las operaciones que se llevarán a cabo. Todas las palmeras no necesitan ser podadas, ni al mismo tiempo, ni recibir el mismo tratamiento.
Debe haber una previsión, revisión y actualización de los materiales y equipos necesarios para realizar las diferentes tareas. Se debe llevar siempre un equipo de rescate preparado.
Los grupos de trabajo deben ser como mínimo de 2 podadores, ya que un podador no debe nunca trabajar solo por motivos de seguridad. Hay que tener en cuenta la señalización adecuada del lugar de trabajo y la retirada de los residuos que se generen.
Se debe realizar un parte de trabajo diario en el que se especifique el mayor número de datos posibles. Esto ayudará a mejorar la gestión en el tiempo.
Antes de iniciar el trabajo se debe realizar una inspección ocular de los ejemplares a tratar, emitir un informe técnico sobre su estado y de los trabajos que se van a desarrollar.
En aquellos ejemplares en los que se detectaron pudriciones, oquedades, u otros defectos, se debe realizar una inspección más profunda y valorar su biomecánica, estática, etc. Es recomendable subir golpeando el estipe de todas las palmeras con un martillo de madera, para descubrir los fallos ocultos.

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RESCATE EN ALTURA
El trabajo de podador de palmeras es uno de los oficios más peligrosos, penosos y duros que existen. Se trabaja en un medio hostil, con espinas, cantidad de polvo acumulado, polen, roedores y otras condiciones adversas. Todo el trabajo se realiza de abajo hacia arriba, así que una gran parte de lo que cortas te cae encima.
El podador se enfrenta a un dilema, su seguridad. En la mayoría de los casos solo existe la posibilidad de asegurarse al propio estipe o tronco de la palmera en la que estamos trabajando; si este se rompiera el operario caería con el.
Es muy importante realizar una inspección del estipe golpeándolo con una maza de madera al ir ascendiendo. Debemos ascender en espiral y si observamos oquedades, pudriciones, grietas y otros defectos, hay que valorar si éstos afectan a la estabilidad de la palmera antes de continuar.
El trabajo de podador de palmeras al realizarse en altura y utilizar materiales de corte como cuchillas, ganchos de eliminar frutos y motosierras, entabla una serie de riesgos ante los que tenemos que estar preparados. En la actualidad, con los equipos de protección personal y los materiales de seguridad que existen en el mercado, se ha reducido de manera considerable el número de accidentes. No obstante, las situaciones que pueden producirse son muy variadas y en algunos casos necesitaremos ayuda externa para poder descender de la palmera. Las más habituales son bajadas de tensión y pérdida de la consciencia, cortes severos, pinchazos, lesiones musculares y daños oculares, entre otros.
La rapidez en la respuesta es muy importante a la hora de llevar a cabo un rescate con éxito. Si tu compañero se ha cortado en el brazo con la motosierra y pierde la consciencia tienes alrededor de 4 minutos para bajarlo al suelo o puede morir desangrado. Es por esto, que tendremos el equipo necesario para realizar el salvamento siempre preparado y a mano. Nunca trabajaremos solos o con personas que no puedan rescatarnos en caso de necesidad, ya que no sabemos cuando ocurrirá un accidente.
Hay que tener previsto y ensayado el hipotético rescate, con los materiales y la técnica necesaria; prever los primeros auxilios que tendremos que practicar, con el botiquín de primeros auxilios y la técnica. También hay que tener previsto un plan de evacuación del herido hasta el hospital más cercano, así como tener anotados y disponibles, los teléfonos de bomberos, ambulancias, trazado de rutas y todos los datos que estimemos necesarios
Siempre utilizaremos el sistema más rápido y seguro para llevar a cabo el rescate. Nunca actuaremos por impulso o presa del pánico, ya que podemos poner tanto nuestra vida como la del accidentado en peligro. Valoraremos la situación y actuaremos en consecuencia. Si tenemos una grúa cerca, esta sería la mejor opción para realizar el rescate. Si no disponemos de grúa, utilizaremos una de las dos técnicas que a continuación describimos.
TÉCNICA DE RESCATE SI HAY PERSONAL DE APOYO EN EL SUELO
Tenemos que intentar mantener en todo momento comunicación con el herido, manteniéndole consciente, tranquilo e informándole de lo que vamos a hacer.
El personal de apoyo en el suelo, llamará a la ambulancia, bomberos, protección civil y otras autoridades. También tendrá prevista la evacuación del herido al hospital más cercano.
La ascensión se realizará con bicicleta, arnés, eslinga de acero o el método que utilicéis.
En una mochila tendréis preparado el material para el rescate que consistirá en: cuerda de trepa de 50 m., 1 ocho ó «rapelador» grande, 1 polea, varias cintas o anillos cosidos y 1 Prusik.
Una vez a la altura del herido, valorar si se realizan primeros auxilios mediante el uso de compresión de heridas, respiración asistida, torniquetes u otros métodos.
Colocar lo más alto posible por encima del herido, 1 cinta express ajustada al estipe de la palmera y mediante un mosquetón instalar la polea. Este sistema puede ser sustituido por un salva-cámbium al que daremos 2 vueltas alrededor del estipe. Pasándole la cuerda de seguridad y si tiene la gaza hecha (si no tiene gaza, hacer un nudo de seguridad) se le instala un mosquetón, que se le colocará al punto de seguridad central del arnés del herido.
Instalaremos una segunda cinta o anillo cosido debajo de la anterior. Esta debe estar situada a 50-60 cm. de distancia, de lo contrario el ocho rozará con la polea. Mediante otro mosquetón fijaremos el ocho por el que habremos pasado la cuerda de seguridad.
Se instala un Prusik en la cuerda de seguridad debajo del ocho y mediante un mosquetón se fija al punto central del arnés del rescatador. En este momento el herido está sujeto a la cuerda de seguridad y no puede bajarse, ya que el ocho y el Prusik lo impiden. El rescatador puede utilizar sus manos para liberar la bicicleta del herido. Es mejor soltar los flejes que intentar sacar el pie de la bicicleta. A continuación se tira del Prusik y se desciende con suavidad el herido hasta el suelo. Si el personal del suelo sabe manejar el ocho es más rápido que lo bajen ellos, fijando el ocho en la base de la palmera mediante una cinta de nilón.
TÉCNICA DE RESCATE SI ESTÁS SOLO CON EL HERIDO
La ascensión se realizará con bicicleta, arnés, eslinga de acero o el método que utilicéis.
Debemos comunicar el accidente lo antes posible, llamando a la ambulancia, bomberos, protección civil u otras autoridades. También tendremos prevista la evacuación del herido al hospital más cercano.
En una mochila tendremos preparado el material para el rescate que consistirá en: cuerda de seguridad de 50 m., 1 salva–cámbium, 1 ocho o «rapelador» grande, 1 cinta o anillo cosido preparada con 3 salidas para mosquetones (esto se consigue doblando la cinta por la mitad y haciéndole un nudo en un extremo) y 1 Prusik.
Colocar lo más alto posible, por encima del herido, el salva-cámbium y ajustarlo al estipe dándole 2 vueltas. Le pasaremos la cuerda de seguridad, dejando la mitad a cada lado, comprobando que los dos extremos llegan al suelo.
Instalaremos el ocho pasándolo por la doble cuerda de seguridad, y mediante un mosquetón, lo fijaremos a una de las tres salidas de la cinta o anillo cosido El otro cabo de la cinta, mediante un mosquetón, irá al enganche central del arnés del herido y el restante al arnés del rescatador.
Se instala un Prusik en la cuerda de trepa debajo del ocho y mediante un mosquetón se fija al punto central del arnés del rescatador.
En este momento el herido está sujeto a la cuerda de trepa y no puede bajarse, ya que el ocho y el Prusik lo impiden; el rescatador puede utilizar sus manos para liberar la bicicleta del herido y su eslinga. Puede sujetar al herido mediante 2 mosquetones conectados a los enganches laterales del arnés del rescatador y a los suyos propios y/o pasar la eslinga por detrás de la espalda del herido. Con una mano puede comprimir la herida, etc. y con la otra tirar del Prusik y descender con suavidad el herido hasta el suelo.

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