Es un jardín que ofrece la posibilidad de crear diferentes zonas cada una para un fin y con su encanto propio. Comenzamos por el lateral: debemos respetar y aprovechar el esplendor de la encina, que al tener ya un porte considerable n os va a proporcionar una agradable zona de sombra natural.
Pensamos en una zona de estar en torno a este árbol, con unos caminos que nos conduzcan hasta ella, rodeado de grupos de arbustos que nos den un toque de colorido a la zona, ya que sino, la sola presencia de la encina iba a resultar muy monótona, no se iba a apreciar el paso de las estaciones.
Camino de granito
Para esta zona creemos que puede resultar muy hermoso colocar un pavimento de adoquines de granito, que nos van a permitir construir las formas rectas del camino y las circulares de la zona de estar, creando un efecto muy bonito, como se puede ver en la fotografía. Además obtenemos un contraste muy llamativo y armonioso entre el granito, los arbustos y el césped que vamos a situar en la siguiente zona.
Zona de agua
En esta segunda mitad del lateral, planteamos una zona de césped y un pequeño estanque con cascada. Los dos juntos nos van a proporcionar una sensación de frescor estupenda, además del sonido tan particular del agua discurriendo por la cascada. Situamos el estanque en esta esquina porque es la más cercana al porche, donde se suelen pasar las tardes y noches estivales, para poder disfrutar al máximo de estos estímulos naturales. Hay que tener mucho cuidado con las dimensiones del estanque y de la cascada, tienen que estar en consonancia entre ellos y con el resto del jardín, si nos excedemos en volumen puede pasar de ser un bello rincón a un elemento desproporcionado y desagradable. Para integrar lo más posible el estanque en el jardín, llevamos el césped hasta el borde mismo por la parte delantera y por detrás, colocamos plantas bordeándole.
Plantas de altura
Respecto a la parte trasera, es cierto que tiene la vivienda vecina muy cerca y elevada, por lo que debemos colocar plantas de cierto porte pegadas a la valla, y sobre todo, frente al porche, con la misma longitud que ocupa este. Hay muchas plantas que pueden alcanzar la altura deseada, pero tenemos en cuenta el factor tiempo, pensamos en algo que crezca rápidamente, por lo que apostamos por el bambú, que en un período muy reducido va a alcanzar la altura y densidad necesaria, y a la vez es una planta muy ligera y armoniosa, con mucho movimiento, por lo que no va a provocar la sensación de haber levantado la valla y nos va a ayudar a conseguir la intimidad deseada.
