Un paisaje de Feng Lui paso a paso.

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Feng Liou es un antiguo movimiento oriental que puede traducirse como “dejarse llevar por el viento”. Apareció como reacción a las estrictas normas del Confucionismo y proponía la apreciación de la naturaleza, la valoración de lo simple y esencial. De esta filosofía surge el Feng Lui: “paisajes en miniatura que combinan las fuerzas de la Tierra mediante la utilización de sus elementos esenciales”

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En oriente se le asignan a estos conjuntos propiedades de “talismán” y se regalan en ocasiones especiales para augurar felicidad, salud y prosperidad.

Los paisajes de Feng Lui son un desafío a la creatividad. Para realizarlos es necesario que la persona se imagine diminuta caminando sobre las piedras, sintiendo el frescor del musgo bajo sus pies y regodeándose con el balancear de las plantas mecidas por la brisa.

 

En este artículo proponemos la realización paso a paso de un Feng Lui partiendo de elementos muy simples y al alcance de cualquier persona.

 

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Materiales necesarios

Una bandeja plana oval en colores pastel – una piedra con forma bonita que tenga textura rugosa – una planta de accorus variegata o similar – un pequeño helecho pteris u otra planta ornamental que nos agrade – panes de musgo natural (de algún rincón húmedo del jardín) – akadama de grano fino sin polvo – turba rubia – un cubilete para colocar la tierra – dos rejillas plásticas para los agujeros de drenaje – dos trozos de alambre de aluminio para sujetar las rejillas – una pinzas largas y un pulverizador con agua.

 

 

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Realización

Mezclamos en partes iguales la turba y la  Akadama. Colocamos las rejillas asegurándolas con una horquilla de alambre y agregamos la mezcla hasta cubrir aproximadamente la mitad de profundidad de la maceta.

 

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Si la piedra es plana por una cara, podemos apoyarla sobre la tierra. Debe sobresalir del borde de la maceta.

 

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Retiramos el accorus de sus tiesto y procedemos a plantarlo en la parte posterior de la piedra, donde hay un hueco muy sugestivo. La idea es parezca que la planta ha crecido en una grieta.

 

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Con la ayuda de la pinza espátula completamos la tierra del hueco cuidando que no quede aire entre las raíces y procedemos a plantar el helecho en el borde de una pequeña curva que hace la piedra casi en el extremo opuesto.

 

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Completamos con el resto de la mezcla de cultivo compactándola suavemente con los dedos y regamos luego con el pulverizador durante varios minutos para que se moje todo el conjunto. No lo hacemos con regadera pues la turba flotaría y se saldría de la maceta.

 

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Comenzamos a colocar los panes de musgo en las zonas donde se ve la tierra hasta completar toda la superficie. Luego volvemos a pulverizar para que el musgo se humedezca y se mantenga adherido al sustrato.

 

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Ya tenemos nuestro paisaje acabado. Ambas plantas requieren un riego abundante y pueden estar en un interior muy luminoso o en una galería donde no reciba sol.

 

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La piedra que hemos elegido es arenisca de playa y posee una depresión que retiene agua cuando regamos, simulando un pequeño estanque.

 

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A partir de ahora podrás recrear los paisajes que su mente imagine. ¡Inténtalo!

                                                          

 

 

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