Cuando estalla la belleza
Los días comienzan a alargarse. El frío aun no se ha ido pero muchos árboles denotan la proximidad de la primavera.
Manzanos, pseudocidonias, membrillos, cerezos, almendros y algunas variedades de jazmines como el nudiflorum comienzan a florecer. Más tarde lo harán los granados, las azaleas, los cítricos, pyracanthas y olivos.
Si hemos abonado bien durante los meses de otoño, mientras nuestros bonsáis todavía tenían algo de actividad; disfrutaremos de un espectáculo maravilloso.
Por supuesto que hay algunos factores que condicionarán la cantidad de flores, y en algunos casos una floración extremadamente abundante puede no ser un buen signo.
Si hemos realizado el último pinzado demasiado tarde en bonsáis como el manzano (después del mes de setiembre en climas de tipo mediterráneo), la floración será pobre debido a que esta especie produce la mayoría de yemas florales en esa época y las desarrolla en las puntas de las ramas. Los membrillos, en cambio florecen en la base de las ramas del año anterior y los granados en los extremos de la nueva brotación de primavera.
Por ello debemos estar atentos y conocer el comportamiento de la especie de bonsái que poseemos para saber cuando pinzar o podar a fin de no eliminar los brotes de flor.
Hemos comentado que una floración demasiado abundante puede no ser una buena señal. ¿Cómo lo sabremos?:
Si nuestro bonsái ha tenido un desarrollo muy pobre el año anterior o ha padecido enfermedades, se encontrará muy débil. Cuando el árbol siente que puede morir, emplea las últimas fuerzas en florecer lo más posible para intentar propagarse antes de sucumbir.
En este caso es mejor quitar todos los capullos antes de que abran y proceder a fortalecer el bonsái evitando las podas demasiado drásticas. También ayudará el agregado al agua de riego de un compuesto de vitamina B y oligoelementos.
La mayoría de árboles de hoja caduca florecen antes de tener hojas y deberán situarse en el exterior salvo en latitudes extremas. Podremos repararlos por la noche si hay riesgos de heladas intensas que quemarían con facilidad los pétalos.
Muchas de las flores que hagan nuestros bonsáis son frutos en potencia y salvo excepciones, la fecundación se realiza por polinización cruzada. De esto deducimos que se necesitará del viento o de los insectos para que trasladen el polen de los estambres de una flor al gineceo de otra.
Deberemos tener en cuenta que no es conveniente abonar durante la floración pues el agregado de compuestos nitrogenados la inhibiría. Además es importante saber que los procesos de floración y fructificación demandan al árbol un gran gasto de energía por lo que es necesario mantenerlo fuerte y limitar el número de frutos para que no se agote.
Como decía un viejo maestro japonés:
“En bonsái es importante que el árbol crezca fuerte, sano y que manifieste toda la belleza de un trozo de naturaleza en miniatura… Si además florece… es un regalo extra que nos hace para agradecer nuestros cuidados”