Del mismo modo que el vestido de boda, el ramo de novia evoluciona constantemente, sujeto a modas y tendencias. Si el ampuloso vestido cargado de pedrería y con larga cola de tul es ya prácticamente una reliquia, ni que decir tiene que las últimas tendencias en florística ya han dejado atrás el típico ramo de rosas blancas en cascada, de forma que la oferta en ramos de novia es ahora mucho más variada, y contempla desde el uso de variedades tan poco frecuentes como la aechmea fasciata, hasta la sofisticación técnica de la pedrería que realza la flor.
Conscientes de que el ramo de novia es uno de los elementos fundamentales en el día más feliz de muchas parejas, el sector florístico de todo el mundo apuesta por la innovación y el preciosismo a la hora de abordar la elaboración de un ramo de novia.
Y para conseguir depurar las nuevas técnicas y poner en común los conocimientos adquiridos individualmente, nada mejor que los seminarios que en diversos puntos de España y Europa se celebran entre los meses de marzo y mayo, justo antes del inicio del periodo de máximo auge de enlaces matrimoniales.