Potsdam, la capital del Brandenburgo, ya conocida por sus jardines históricos como el famoso parque de Sanssouci, supo aprovechar la exposición federal de jardinería BUGA de 2001 para ganar un nuevo e interesante parque.
La palabra BUGA es la fórmula abreviada pragmáticamente para referirse a la Bundesgartenschau (Exposición Federal de Jardinería), que el año 2001 correspondió organizar a la ciudad de Potsdam.
Para acoger la muestra, se construyó en Bornstedter Feld -un antiguo campo de ejercicios militares prusianos, rusos y nazis- un gran parque de más de 70 hectáreas, que tomó el nombre de BUGA-park. Este espacio, convertido hoy en un parque emblemático, representa un exitosa y novedosa contribución a la arquitectura de jardines del siglo XXI y, cuenta con distintas intervenciones emblemáticas como el pabellón de la biosfera o las estructuras de hormigón plástico que albergan juegos de fantasía.
El parque del pueblo
Hoy el BUGA-park, ha sido rebautizado con el nombre de Volskspark, el parque del pueblo. El objetivo es que sea el parque de las generaciones – para jóvenes y adultos, para familias con niños, un parque para pasear y descansar, para los amigos del fitness y el deporte, para los que gustan de los jardines, para los amantes de los picknicks y las barbacoas, para el que goza con la cultura y además tiene el escenario al aire libre más grande de la ciudad. Aquí, en el principal pavellón de la muestra, está también la Biosfera, un mundo tropical con más de 20.000 plantas y diferentes estaciones de investigación.
Espacios inmensos
Nada más llegar se pone de manifiesto la inmensidad de los espacios de que consta el jardín. Inicialmente se nos aparece como una sucesión de grandes superficies de prados más o menos arboladas y taludes geométricos, recubiertos por diversos tipos de vegetación extendiéndose hacia lo lejos. Como empieza a ser habitual en algunos grandes parques públicos alemanes, en las múltiples entradas del parque, nos encontramos con unos expendedores automáticos de billetes, que previo pago de 1€ nos permitirá la entrada en el parque.
Los jardines
El Volkspark, diseñado en su día para acoger una gran exposición, no es de entrada un jardín acogedor ni intimista sino todo lo contrario. Inicialmente sus grandes praderas prácticamente desprovistas de arbolado y sus caminos amplios y rectos de los que apenas percibimos el final no nos invitan a recorrerlo. Pero no hace falta andar mucho, para empezar a descubrir distintos elementos e intervenciones paisajísticas muy remarcables.
El pabellón de la biosfera, con una construcción espectacular de madera en un lateral y unos grandes maceteros que se desplazan por raíles sobre un pavimento de esquistos, destaca sobre los demás elementos del parque. Desde aquí, iniciamos un recorrido que nos lleva a descubrir multitud de instalaciones y pistas, disponibles para la práctica de todo tipo de deportes. Pero la primera agradable sorpresa, es descubrir que, uniendo los distintos taludes que conforman el espacio, unos magníficos puentes de hierro corten, dibujan un recorrido aéreo que nos permite adquirir una nueva e interesante visión de la sucesión de espacios.
Atraídos por éste camino, poco a poco empezamos a descubrir los interesantes jardines escondidos tras la topografía: unas impresionantes laderas azules cubiertas de lavandas y elaeagnus, reproduciendo paisajes mediterráneos; el jardín de las pirámides, donde distintas plantas aparecen formando conjuntos sorprendentes; grandes praderas de gramíneas que se siegan discontinuamente, taludes cubiertos por los colores de las flores, jardines temáticos dedicados a grupos de plantas, la espiral de agua y algunos jardines de la muestra que se han conservado, son sólo algunos de los elementos que forman parte de este gran conjunto.
La piscina naturalizada
La gran sorpresa que nos depara la visita, es sin duda, descubrir escondida tras los taludes, una maravillosa pieza de agua concebida como especio de juegos. Este estanque, que funciona únicamente mediante depuración natural por las plantas, se ha convertido en la piscina de todos los chicos del barrio que en gran cantidad se dan cita allí, todos los días de verano. Antes de proseguir nuestra visita, podemos refrescarnos tomando un baño, en las aguas transparentes de esta piscina naturalizada y así comprobar directamente el gran potencial de este tipo de instalaciones.
La zona boscosa
Nos falta todavía descubrir unos elementos muy originales que se encuentran el la zona del Waldpark. Aquí, en la única zona boscosa del parque, cuatro fantasías constructivas, que invitan al descanso o al desfogue, nos esperan. Se trata de unas esculturas transitables de hormigón que concentran el flujo de visitantes descargando así las zonas donde domina la naturaleza. Una pista de básquet deformada, un enorme asiento de hormigón, una zona de saltos que contiene camas elásticas y una zona de juegos, formada por paredes para escalar, dispuestas en torno a un gran arenero que forma un campo de voley. Finalmente, en la terminal de los toboganes, el visitante alcanza mediante una construcción, los túneles de acero que, desde diferentes niveles, conducen al exterior.
Zona ecológica
Antes de partir, todavía podemos descubrir un guiño a la conservación del medio. Tres grandes zonas del Waldpark, han sido encerradas completamente mediante una valla formada por troncos apilados, que impide el acceso a su interior. Aquí, las plantas y la fauna de este pequeño bosque, podrán crecer y desarrollarse libremente sin ningún contacto con los visitantes, de manera que se garantiza la conservación de la naturaleza en las zonas de mayor valor.
Información general:
Horarios y precios especiales con acontecimientos
http://www.volkspark-potsdam.de