África es por primera vez la inspiración del tapiz floral que cada dos años cubre la Grand Place de Bruselas, una ciudad que gracias a esta tradición se libra durante al menos cinco días del viejo prejuicio de capital gris.
Casi un millón de begonias de todas las tonalidades componen un tapiz de 77 por 24 metros que en esta ocasión reproduce dibujos geométricos de las distintas etnias del Congo, Nigeria, Etiopía, Camerún y Botsuana.
Y es que para cubrir 1.800 metros cuadrados de adoquines a los pies del Ayuntamiento de Bruselas hacen falta muchas begonias.
Los visitantes pueden observar a pie de plaza y en primer plano la gran alfombra de flores o bien pagar 5 euros para verla en toda su grandeza desde el balcón del Ayuntamiento, también decorado para la ocasión.
El resultado lo podrán admirar los que visiten Bruselas hasta el próximo domingo 19 de agosto, cuando coincidiendo con su quinto día de vida las flores, todas de origen belga, comiencen a marchitarse. Por primera vez se ha dado prioridad a la frescura de la materia prima frente a la longevidad del evento y la alfombra estará «desplegada» sólo cuatro días, en lugar de las dos semanas de anteriores ocasiones.
La primera vez que el corazón de la ciudad albergó un tapiz floral fue en 1971, aunque no se estableció como acontecimiento bienal hasta 1984. Tras realizar docenas de alfombras de unos pocos metros, llegó a la conclusión de que los grandes tapices urbanos podían ser un excelente vehículo de promoción no de su capital, como se tiende a pensar hoy, sino de sus flores preferidas: las begonias.
Este acontecimiento, es el que «genera más consecuencias mediáticas» para Bruselas, a la cual da una imagen «extraordinaria», se alegró el adjunto del alcalde de Bruselas encargado de Turismo, Philippe Close.
«Numerosos turistas, a lo largo de todo el año, preguntan dónde están las flores», que sólo están allí durante cinco días, una vez cada dos años, explicó Philippe Close.
Informaciones: www.flowercarpet.be/fr