Un espacio inspirado en el Senado y el Congreso de Brasilia
El eje longitudinal del jardín se desarrolla en dos planos, recortados en una forma semicircular, dispuestos simétrica y tangencialmente, cual proyección en el plano de los perfiles de las calotas esféricas que son los edificios del Senado y del Congreso de los Diputados de Brasilia, diseñados por Oscar Niemayer en los albores de los años 60 del siglo XX.
Los espacios así definidos tienen distintasfinalidadesfuncionales:mientras el primero está destinado a la acogida de los visitantes, con vistas al desarrollo de la actividad profesional de la propietaria, el segundo espacio está pensado para la détente familiar y la realización de actos sociales de naturaleza privada.
División de funciones
Esta distinción de funciones ha condicionado la elección de los elementos del mobiliario exterior: el semicírculo reservado a la actividad profesional se ha acondicionado con cuatro bancos y una mesa baja, en mármol travertino, en forma de U invertida; el espacio familiar está dominado por una enorme pieza de piedra a modo de fuente, igualmente en mármol travertino, que se inscribe en el diámetro de un estanque semicircular, concéntrico, a los que definen los límites de este espacio. Chaises-longues en madera de teca concurren para identificar de inmediato el tono relajado del local.
Circulaciones
La circulación entre los dos grandes semicírculos, ya sea internamente, o periféricamente, se posibilita por medio de las zonas de circulación y las jardineras construidas en forma de coronas semicirculares, concéntricas, generando una ilusión de reverberación, la cual se refuerza con la disposición de placas de pizarra, de un tono verde-grisáceo, en toda el área, siguiendo el mismo dibujo.
Vegetación
El cubierto vegetal ha sido pensado para proporcionar privacidad, color y textura durante todo el año. La esencia del diseño, que radica en el carácter semicircular de las zonas de plantación y de circulación, está enfatizado por la distribución, en intervalos regulares, de ejemplares de Thuya plicata ‘Atrovirens’, que introducen la tercera dimensión, la altura, en el diseño.
La elección de la paleta de colores ha tenido en consideración el revestimiento en bandas de granito rosado de las paredes de la casa familiar/estudio. El espíritu clásico evocado por la sucesión de las plantas de Thuya ejerce de contrapunto entre, por una parte, lo insólito del diseño, y, por otra, las piedras de granito “silvestre” que recubren el suelo de las jardineras,
ellas también, evocadoras de los afloramientos rocosos tan típicos de la región. El “oriente” dorado de estos trozos de roca, con un alto contenido en micas, que les permite reflejar la luz con apreciable intensidad, hace destacar las plantas cubre-suelos que comparten espacio en las jardineras con las diversas Thuya, como es el caso de las matas de Sedum lydium, cuyas diminutas hojas rosadas y blancas se codean con pequeños promontorios de Scleranthus uniflorus, o de Festuca ovina ‘Glauca’, Heuchera microphylla ‘Palace Purple’, Koeleria glauca, Pseudonanthus pimeliodes, y varias especies de Sedum, Carex y de Ophiopogon japonicus nana, o de los O. planiscapus ‘Nigrescens’ – de hojas negras, que se conjugan entre sí, para ofrecer la versatilidad de textura, de forma y de color del elemento vegetal.
Tonos para la privacidad
En las cuerdas de círculo exteriores, importantes en el mantenimiento de la privacidad del jardín, se han dispuesto setos libres de Eucalyptus gunnii, cuyos ejemplares deberán ser podados a 20 cm del suelo, intercaladamente, cada dos años. El verde-grisáceo de las diminutas hojas hace de fondo a los tonos broncíneos del Phormium tenax ‘Jack Spratt’ y a los negros de la variedad ‘Platts Black’, mientras diversas plantas de Erica rosas y blancas aportan ligereza a la estructura marcadamente lineal de las hojas de los Phormium;
algunos Senecio cineraria difuminan los contrastes, debido a los reflejos plateados de sus hojas, que se alzan sobre matas de Ajuga reptans de un profundo color de chocolate.
Al eje transversal de atrás del jardín, dominado por cinco robles (Quercus), se accede por una escalera de cinco peldaños, recibida en una terraza. Este ha sido el sitio elegido para la ubicación de un hortus conclusus, que propiciara el recogimiento necesario para la actividad intelectual al aire libre, a través de una estructuración ortogonal del espacio, despojado de ornamentos vegetales superfluos y en absoluta privacidad de vistas. El espacio está limitado por setos podados de Thuya plicata ‘Atrovirens’, con 2,5m de alto, en el que los vértices se individualizan en forma de columnas, adornadas por matas de Gardenia jasminoides.
Tres rectángulos de 3,5×2,5m, construidos con turros (vigas de granito) antiguos, tallados manualmente y provenientes del derribo de viñas tradicionales de la región, se alzan 15cm de la superficie del terreno, definiendo sendos rectángulos de césped separados por caminos de 0,50m de ancho, cubiertos éstos por cantos rodados negros, de 1,5cm de calibre, provenientes del Río Tajo. Los robles han sido sometidos a una poda para suprimir todas las ramas cuya altura de inserción fuera inferior a 3,0m. De este modo, se favorece la penetración de la luz en el recinto, manteniéndose simultáneamente la deseada privacidad.
Jardín democrático
Proyecto Ana Gama