A la espera de la decisión final del equipo de gobierno municipal sobre el futuro de las instalaciones -se estudia el traspaso a la Universidad Miguel Hernández como ayer denunció la oposición-, el trabajo que viene desarrollando la Estación Phoenix en la línea de investigación abierta para la lucha contra la plaga del picudo rojo que asola el palmeral, ha vuelto a ponerse de manifiesto.
Los laboratorios ilicitanos han conseguido desarrollar un insecticida que aplicado vía inyección protege la palmera del insecto durante un año y tres meses. Los ensayos están en marcha y los primeros resultados han confirmado su eficacia. El objetivo ahora es mejorar la técnica de inyección haciéndola lo más sencilla y barata posible de cara a su posterior uso por parte de agricultores, viveristas y propietarios de ejemplares.
La Estación Phoenix ya había sido capaz de subir a seis meses con el uso de tiametoxam en tratamientos preventivos por endoterapia, la persistencia de acción más elevada de un insecticida. Entonces ya se consideró un éxito dado que dos aplicaciones al año del producto sobre un ejemplar saneado o en el que no se hubiera detectado previamente la presencia del picudo rojo, evitaba su infestación. Al mismo tiempo se abaratan los costes, que es otra de las circunstancias que se tienen muy en cuenta en cualquier investigación.
Hasta 24 meses
Pero el hecho de que ahora se amplíe el periodo de protección de una palmera contra el picudo a un año y tres meses supondrá, en opinión de Michel Ferry, responsable de los laboratorios ilicitanos, «una revolución» a la hora de controlar la plaga y sobre todo reducir los costes. Incluso, la actual línea de investigación está encaminada a conseguir que el producto, denominado ema, prolongue su eficacia protectora hasta dos años.
Es precisamente el tiempo de cuarentena fijado por la Unión Europea, por lo que la posibilidad de disponer de un nuevo producto de estas características en el mercado, permitiría, según Michel Ferry, reducir los plazos beneficiando a productores y comercializadores.
«Para el Palmeral de Elche, Patrimonio de la Humanidad, representa un avance muy importante», insistió Ferry, que confía en que el equipo de gobierno municipal mantenga activos los laboratorios. «Me da la impresión de que no están bien informados», indicó.
Los resultados de la investigación se darán a conocer primero en el VII Congreso Nacional de Entomología aplicada, que con la presencia de numerosos expertos se celebra la próxima semana, del 24 al 28 en Úbeda, así como en un congreso internacional que en noviembre tendrá lugar en Reno, en Estados Unidos.
Si un ejemplar de picudo hembra llega a posarse sobre alguna de las hojas de la palmera en la que se ha aplicado el tratamiento para tratar de depositar los huevos, muere. El nivel de mortalidad de las larvas es del 100%, sin dañar el ejemplar en ningún momento.