Las 10 plantas aromáticas más resistentes y decorativas
Descubre los secretos del Romero, lavanda, tomillo, hierbabuena…
Perejil
El perejil (Petroselinum crispum) es un planta herbácea bienal, aunque puede cultivarse también como anual. Su reproducción se realiza por semillas, en un lugar soleado y en cualquier suelo que no sea demasiado compacto. También es apta para cultivar en macetas o jardineras, pudiendo disponer de unas hojas frescas y tiernas para aderezar los platos cortando simplemente las necesarias y regando después para estimular el crecimiento vegetativo.
Hierbabuena
Se trata de una planta muy aromática, perenne, que puede ser cultivada en maceta o en tierra del jardín, esencial en cualquier huerto.
Necesita bastante agua, y aporte de fertilizantes minerales en primavera. Vive mejor en semisombra que a pleno sol.
Es muy fácil obtener nuevas plantas de ella, basta con cortar con un cuchillo el cepellón de tierra en porciones que lleven tallos y raíces y plantarlos.
Rosmarinus officinalis
Para que crezca más denso y ramificado, despunta los tallos principales, así estimulas el crecimiento de las yemas laterales y su ramificación. De la misma forma, si quieres controlar su altura, debes despuntarla pero nunca más de una cuarta parte de la mata, ya que la debilitarías y podría morir. El romero es un conocido aséptico, por lo que puedes usarlo en decocción sobre llagas y heridas para que cicatricen.
Lavanda
Para cultivarla debes abonarla después de la poda para que los tallos nuevos tarden en hacerse leñosos, y darle un recorte pasada la floración.
Si quieres multiplicarla, hazlo por esquejes de 10 cm. de los tallos semimaduros, en verano, y si quieres hacer un insecticida ecológico con lavanda, puedes mezclar sus flores con agua destilada y alcohol.
Tomillo
Es de cultivo muy fácil, ya que se adapta a todo tipo de suelos y es muy resistente a la sequía.
Sólo necesita sol y que no lo abones con fertilizantes minerales ricos en nitrógeno si vives en zonas donde se producen heladas, ya que éste disminuye su resistencia a al crecer más tierno.
A los cuatro o cinco años pierde parte de su perfume y puedes sustituir las matas viejas cuando presenten troncos leñosos.
Manzanilla
Le gusta estar a pleno sol, con suelos drenados y permeables aunque no sean muy ricos. Es resistente a la sequía y una vez florecida, en primavera, debes recortarla para que recupere su fuerza. Si recolectas sus flores, debes hacerlo cuando estén en su plenitud y secarlas evitando la radiación solar directa para que no se estropeen.
Salvia
Soporta la sombra, aunque prefiere situaciones a pleno sol, y si vives en una zona climática muy rigurosa, debes plantarla en un lugar abrigado. Requiere un suelo rústico y crece bien con poca materia orgánica, incluso calizos. Prefiere pocos riegos y le gusta el abono con estiércol fermentado, con nitratos y fosfatos después de cada poda. Para uso cotidiano, corta las hojas y los tallos tiernos.
Poleo
El poleo (Mentha pulegium), es una de las especies más conocidas del género Mentha. Esta planta aromática es conocida desde hace siglos en todo el mediterráneo y asia occidental, donde crece libremente. Son apreciadas sus propiedades carminativas, relajantes e incluso como emenagoga (que favorece la aparición de la menstruación), tomada en infusión. El término pulegium que deriva del latín pulex, «pulga», se debe a la antigua costumbre de quemar poleo en las casas para repeler a estos insectos. También sirven para relajar el cuerpo.
Maria Luisa
Es ideal para vías y caminos, por su fragancia semejante al limón. Necesita un ambiente muy luminoso, incluso sol directo y lugares calidos, por lo que debes protegerla de las heladas. Requiere un suelo bien drenado y riegos frecuentes en verano. Abónala quincenalmente entre los meses de mayo y septiembre y retira las hojas y flores secas.
Ruda
Requiere sol o semisombra y protección del viento y del frío. Le gustan los suelos pobres y calcáreos, arraigando fácilmente en ellos donde formará matas compactas y decorativas.
Puedes abonarla con compost o materia orgánica y necesita un riego regular pero no abundante. Si la podas fuertemente en invierno (dejándola a unos 10 cm. del suelo) estimularás su crecimiento compacto.
Albahaca
Le gusta estar a pleno sol o a media sombra, pero no resiste las heladas. Crece bien incluso en suelos pobres, aunque se desarrolla mejor con tierra fresca y bien drenada. Abona el suelo antes de la siembra (a finales de invierno) y en quince días ya tendrás germinadas las semillas.
Si quieres favorecer un crecimiento tupido, debes despuntar las ramas cuando empiecen a formarse los capullos florales.