Se ha hecho desear, pero la primavera ya se empieza a sentir en las calles de Washington. Y en los jardines de la Casa Blanca. Michelle Obama, ha plantado nuevas flores, frutas y verduras en el White House kitchen garden, un pequeño huerto en el que la primera dama de Estados Unidos fomenta la alimentación sana desde hace cinco años y que es el eje principal de su campaña Let’s Move, con la que educa a padres e hijos sobre la importancia de comer sano y llevar una dieta equilibrada. El jardín, situado en el Ala Sur de la residencia presidencial, es famoso en todo el mundo desde su creación en 2009.
Como cada año, Michelle Obama se vistió con ropa cómoda para ejercer de jardinera y plantó, junto a decenas de estudiantes locales, frutas y verduras, pero en esta ocasión con una novedad: la primera dama ha incluido un jardín polinizador, en el que las plantas y flores atraerán a las abejas y a las mariposas y así ayudarán a polemizar el resto del huerto. Aunque contó entre bromas que sus hijas, Malia y Sasha, de 15 años y 12 años, respectivamente, no son muy fanáticas de las abejas, “estos insectos son muy buenos”, reconoció.
“Sabemos que muchos ejemplares están desapareciendo y los expertos no están seguros de por qué”, explicó la primera dama en un comunicado. “Pero sabemos que puede afectar a las fuentes de alimento”, añadió Obama. “Y puede tener un impacto directo en nuestra habilidad de continuar plantando alimentos y conseguir que estos crezcan. Por lo que este pequeño jardín va a contribuir a mejorar un poco este problema”, explicó.
El huerto es un proyecto que comparten muchos empleados de la Casa Blanca y en él, todos juntos, plantaron hojas de col, cebollas, fresas, frambuesas y hasta un árbol de papayo. Junto a Obama y los alumnos también estuvieron presentes seis miembros de FoodCorps -expertos que enseñan a los niños cómo comer y de dónde proceden y cómo crecen los alimentos-, y los cocineros de la mansión presidencial que ya se han habituado a trabajar con los productos frescos del huerto de la primera dama. “Todos están muy comprometidos con este jardín, lo usan todos los días. Recogen lo que ha crecido, crean recetas y nos lo sirven para cenar o en las grandes reuniones de Estado”, concluyó Obama en el texto. Desde su inauguración, el huerto ha producido cientos de kilogramos de comida. La Casa Blanca dona muchos productos a organizaciones benéficas locales.
El primer día de la primavera de 2009, pocos meses después de la investidura de su marido, Barack Obama, como presidente de Estados Unidos, la primera dama decidió construir un pequeño huerto en los jardines de la Casa Blanca. Con el paso de los años, el espacio, que ha ido creciendo, se ha convertido en un icono de su lucha contra la obesidad infantil en la nación. La primera vida llegó a escribir un libro sobre la comida sana: The Story of the White House Kitchen Garden and Gardens Across America. Un año después, comenzó su trabajo en la campaña Let´s Move, con la que recorre distintos puntos de la geografía estadounidense.
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