Los cuidados de las plantas de interior

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¿Que es una planta de interior?
Es aquella planta de clima tropical, que, al precisar temperaturas elevadas, se adapta perfectamente al interior de nuestros hogares.
Antes de llevar una planta de interior a nuestra casa, sería interesante saber el proceso que la misma ha seguido hasta llegar a nuestras manos.

Como bien podemos imaginar, las plantas que nos ofrecen los establecimientos del ramo no han nacido en su hábitat natural, ya que si así fuese, en poco tiempo, y al ritmo de nuestro actual consumo, acabaríamos con la mayoría de las especies que se emplean en la decoración de interiores. En nuestros días la mayoría de las plantas se multiplican por el sistema de reproducción llamado de <<merystemun>>, es decir, a través de laboratorio, teniendo una gran ventaja sobre la reproducción tradicional. Por un lado todas las plantas son
exactas y por otro, y he aquí lo más importante, se ven totalmente libres de cualquier tipo de virus o enemigos genéticos y con grandes defensas.

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Las plantas, durante su estancia en el vivero, reciben todos los cuidados necesarios para que llegue en perfectas condiciones a nuestras manos.
No se debería pensar en las plantas de interior como si se tratara de un mero e inerte objeto de decoración, cuadro o escultura, etc. Pensemos que se trata de un ser vivo, y como tal se ha de considerar.
Ya hemos comentado que en el vivero ha recibido toda clase de cuidados para que llegara a nuestro hogar sana y exuberante; para que siga así, se le tendrían que dispensar los mismos cuidados que ha recibido hasta entonces. Lo primero que se debe hacer es buscar un lugar luminoso; ya que en el invernadero recibía luz por todas partes, difícilmente se acostumbrara a un lugar oscuro.
Una vez instalada, procuraremos darle cuanto precise.
Es muy importante que este muy bien alimentada.
En el vivero se abona asiduamente y con el abono adecuado. Eso quiere decir que nosotros deberemos alimentarlas a menudo aportándole el abono adecuado para cada grupo de plantas. Humidificar el ambiente es mas importante de lo que parece; durante su cultivo en el vivero la humedad ambiental se mantenía entre el 60 y el 80 %. mientras que en la mayoría de nuestros hogares difícilmente llega al 50 %: puntas y hojas amarillas constituyen el primer síntoma de que la humedad ambiental no es, precisamente, la mas idónea. Para elevarla necesitaremos de un humidificador o bien se pude optar por reunir todas las plantas en un mismo lugar creando ellas mismas así su propio microclima con el consiguiente aumento de la humedad ambiental, realizar pulverizaciones no solucionaría el problema.
También las protegeremos de las corrientes de aire y fuentes de calor o frío, ya que producen sequedad en las hojas y en un momento dado, el cambio brusco de temperatura puede perjudicar más de lo que se piensa. La temperatura también es muy importante: pensemos que en el invernadero no suele bajar de 18 grados. Lógicamente resistirán una bajada de 4 a 5 grados, pero no más, por lo que es importante que esto no ocurra, pues en caso contrario le produciría la muerte fulminante. Por último lo más
importante: el riego. Si consideramos que el 80% de las plantas se estropean, o mueren por exceso de humedad, no cabe ninguna duda de dónde debemos poner nuestra atención. La periodicidad de riego no puede ser exacta, pues depende de muchos factores; por ejemplo, el tipo de sustrato, la orientación del apartamento, el tipo de planta, la intensidad de la luz, etc. Lo mejor es regar individualmente y hacerlo cuando se observe que el sustrato este realmente seco, y con poca cantidad. Un vaso de agua por planta será suficiente. La planta, a través de las raíces, recoge el agua y los alimentos disponibles, pero también respira. Si el agua acumulada en el sustrato tapona las raíces, la planta no puede respirar, y si no respira las hojas son las más afectadas ya que se pudren de inmediato.

Los cuidados del día a día

Trasplante
Las plantas de interior viven mejor en recipientes pequeños, por lo que no necesitan trasplantes asiduos, bastará con un cambio cada 4 ó 5 años. Eso si observas que el recipiente esta descompensado con la planta o bien sus raíces afloran o salen por la parte inferior debes trasplantarla.
El mejor momento para realizar el trasplante es a final del invierno. En el caso de que pierda buena parte de sus hojas es urgente su trasplante acompañado del corte de un tercio de sus raíces. El cambio a un recipiente de mayor tamaño lo puedes realizar en cualquier momento. Al trasplantar además de añadir sustrato nuevo debes añadir a este, abono soluble, estimulador de raíces tu planta te lo agradecerá.

Abono
En general todas las plantas de interior necesitan abono equilibrado, sobre todo en primavera/verano y este lo debes suministrar junto con el agua de riego, cada dos riegos, realizando un paréntesis durante la floración. Para las plantas de hoja verde deberías utilizar abono para planta verde y para las de flor abono para planta de flor. Y si tu planta presenta una coloración amarillenta deberías aportar reverdeciente una vez al mes durante la época de crecimiento.

Reproducción
La multiplicación habitual de las plantas de interior se puede realizar por esqueje, por división de mata, por anillos o a través de una hoja. También se puede realizar por semilla pero ofrece pocas garantías de éxito ya que las plantas en el interior no suelen producir semillas y en el mercado difícilmente las encontraremos.
Por esquejes se suelen reproducir plantas como: los Ficus, El pothos o el cisus. Por división de mata: los helechos, el Spatifillum o el Anthurium. Por anillos las Diefembachias, las Dracaenas o las Aglaonemas. Y a través de hojas: las Begonias, los Kalanchoes o las Saintpaulias.
El mejor momento para realizarlo es de primeros de junio a finales de agosto.
Para asegurar el éxito en la reproducción debes untar la herida con hormonas de enrizamiento.

Enemigos
Los enemigos más habituales de las plantas de interior suelen ser el exceso de riego (hojas marrones y amarillas), bajas temperaturas y sol directo (manchas marrones en las hojas. En la mayoría de los casos el exceso de riego es la causa habitual de su muerte. Además de las cochinillas (insectos enganchados al envés de las hojas y que segrega un líquido pegajoso cubriendo parte de la planta afectada y alrededores). Estas tienen diferentes formas: parecido a una lapa adherida a la planta, de color negro, gris o blanco. En forma de bolba de algodón de color blanco y como arenilla de color gris. Este insecto se sitúa normalmente sobre sus hojas.
Al menor síntoma, debes pulverizar con un anticochinillas, mojando bien toda la planta y repitiendo el tratamiento tres veces seguidas con intervalos de 7 días cada uno.

Poda
De entrada las plantas de interior no necesitan poda simplemente te debes limitar a eliminar las hojas con manchas, secas, ramas y flores marchitas. También puedes aplicar la poda de formación en Ficus, Shefleras, Pachiras… cortando solo las puntas o bien alguna que otra rama, en cualquier época del año.
Si por alguna circunstancia te ves obligado a practicar la poda drástica esta la debes realizar del 15 de abril al 15 de mayo.

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