Aunque parezca una contradicción ya que se “entiende” que el hombre al encontrar animales o en este caso plantas que suministran un gran ingreso económico haria todos los esfuerzos por preservar dicho activo, al parecer es todo lo contrario, ya que la pérdida de diversidad de plantas medicinales es una catástrofe silenciosa.
Incluyen el tejo del Himalaya (Taxus wallichiana), una fuente del medicamento contra el cáncer paclitaxel, y la corteza del árbol de las caneláceas (Warburgia), del que se obtiene una medicina para la malaria.
La salud de millones de personas, incluyendo el 80% de los africanos, podrían estar en riesgo porque las plantas medicinales silvestres están siendo sobreexplotadas.
diarioecologia.com