El bambú es un material antisísmico, ecológico, sustentable, sostenible y resistente con propiedades superiores a las del acero. Razones que llevaron a que el estudio colombiano Zuarq Arquitectos lo utilice para una experiencia fuera de lo común: construir en este material los edificios del barrio vacacional Dinastía del Sol, en el municipio de Carmen de Apicla, a 160 km de la ciudad de Bogotá, Colombia.
El condominio posee 96 lotes en áreas de 900 a 1.100 m2 para viviendas, dos lotes comerciales y una zona comunal dotada de una piscina tipo cascada, acuaparque, restaurante, capilla, salón de juegos, salón comunal y múltiples canchas de juegos al aire libre. El proyecto busca combinar ecología y estética, demostrando que el bambú guadua se puede utilizar en proyectos de alto diseño.
“Buscamos lograr un proyecto de vivienda que tuviera en cuenta principios bioclimáticos y combinarlos con múltiples actividades recreativas para afectar lo menos posible el medio ambiente . Se aprovecharon los recursos de la región y utilizaron tecnologías económicas y resistentes”, afirma la arquitecta Carolina Zulaga, responsable del diseño.
El objetivo del proceso constructivo fue generar viviendas cómodas que se integraran al paisaje y contaran con procesos de refrigeración e iluminación naturales. Se desarrollaron fachadas bien orientadas y con ajustada proporción de vacíos y diferentes tipologías adecuadas a las condiciones del sol y viento del lugar, capaces de adaptarse a las inclemencias del clima. Además se dejaron amplias zonas verdes ajustadas a las necesidades de humedad y evaporación ambiental.
En el diseño se evidencia el juego volumétrico, grandes ventanales, cubiertas curvas e integración de colores, formas y texturas. Para los detalles decorativos, se realizó una producción especial de carpintería, lámparas, accesorios para baños y cocina con el guadua sobrante, evitando el desperdicio.
“Trabajamos con técnicas del pasado pero manejamos conceptos de diseño actuales. En nuestros proyectos mostramos que la guadua no sólo es un beneficio unipersonal es un beneficio social”, asegura Zulaga, quien fomenta la utilización del bambú para reducir la tala de árboles.
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