El jardín de la Casa Serralves, en Porto, había perdido, con el paso del tiempo y las actuaciones que sobre él habian ejercido sus diversos propietarios, su identidad. Por fortuna, su reciente restauración le ha devuelto ese aire Art Déco tan peculiar.
Cuando se visita Oporto, sin duda alguna, merece la pena destinar unas horas a visitar el Parque Serralves. Situado en el centro de la ciudad, este parque de 18 hectáreas fue concluido en la primera mitad del siglo XX y está constituido por numerosas secciones claramente diferenciadas entre sí entre las que, sin duda, cabe destacar el Museo de arte Contemporáneo diseñado por Alvaro Siza.
A pesar que el conjunto del parque representa un notable ejemplo paisajístico con grandes avenidas, destacables masas de árboles, bancadas agrícolas provenientes de una antigua Quinta, vestigios de un jardín romántico, una rosaleda y colecciones de plantas, lo que justifica realmente la visita del paisajista es el jardín de la Casa Serralves, quizás de los únicos jardines privados importantes que se construyeron en Portugal durante esta etapa a partir de un proyecto paisajístico y uno de los pocos ejemplos de jardín Art Déco existentes en Europa.
Podemos empezar la visita a Serralves contemplando los interesantes jardines exteriores del museo de arte contemporáneo creados recientemente, concebidos para ser contemplados desde los grandes ventanales del edificio como transición hasta el paisaje envolvente y capaz de albergar exposiciones al aire libre. Aquí nace una avenida flanqueada por una doble alineación de unos impresionantes Liquidambar que nos conducirá hasta el punto más alto del parque donde se ubica la Casa Serralves.
Simetria y formalidad
La primera imagen del jardín nos sorprende por la fuerza de la simetría y la formalidad de todo el espacio. Destacan también los colores rojizos del pavimento que enlaza perfectamente con los tonos rosados de la casa y contrastan fuertemente con el verde de la vegetación y el azul celeste de los azulejos que recubren todas las superficies que albergan el agua. Enseguida descubrimos el eje que parte de la fachada de la casa y se pierde en la lejanía hacia el paisaje, que está formado por distintas piezas de agua que van apareciendo en forma de estanques a los que acompaña una vegetación formada simplemente por unos parterres geométricos de césped que contienen algunos bojes situados rítmicamente y recortados en forma de bola. A pesar que la vista alcanza todo el espacio, los ligeros desniveles de las terrazas y la fuerza que desprende el jardín nos invitan a movernos lentamente, admirando cada una de las visiones que se nos van apareciendo mientras lo recorremos y descubrimos sus fuentes, porches y muretes completamente recubiertos por Ficus repens a la vez que las bellas imágenes que podemos contemplar de la casa Serralves dominando el espacio.
Mientras disfrutamos de este bello lugar se nos aparecen agradables sensaciones que ya hemos tenido en otros jardines de los que dejan huella a quien los visita. Algunas nos remiten a un lenguaje similar al que se habla en el jardín cubista de la villa Noailles de Hyeres (1926) y por otro lado también podemos llegar a percibir sensaciones de dominio del espacio y la perspectiva similares a las de algunos jardines de Le Notre, aunque bien es cierto que a una escala muy distinta.
Recuperar su aspecto
Este jardín fue diseñado por Jaques Gerber en 1932 y ha sido objeto, recientemente, de un proyecto de recuperación muy interesante dirigido por los paisajistas Joao Mateus y Claudia Taborda, que le han devuelto su aspecto original. Así, se han recuperado los estanques que habían sido convertidos en piscinas y se han eliminado los parterres de salvia roja que habían sido añadidos por los antiguos propietarios y que durante muchos años han sido la imagen del jardín.
Materiales originales
El trabajo de recuperación ha sido tan meticuloso que ha permitido volver a dotar al jardín de los azulejos originales que recubren las piezas de agua (encargados expresamente a partir de fragmentos), se ha recuperado también el pavimento rojizo realizado a partir de una mezcla especial de áridos y la vegetación vuelve a ser tratada y recortada tal y como se hacía en su momento.
Antes de seguir visitando el resto del parque podemos fijarnos en los bonitos parterres que aparecen en el lateral de la casa y también es recomendable no marcharse sin disfrutar del conjunto de las esculturas modernas al aire libre que se encuentran repartidas por Serralves, como la paleta del jardinero de Claes Oldemberg.
Texto: Josep M Mompín i Valeri (Ingeniero agrícola y paisajista)
Horario de apertura
De martes a viernes: 10 – 19h
Sábado y domingo: 10 – 19h (Octubre – Marzo)
Sábado y domingo: 10 – 20 h (Abril – Septiembre)
Precio de la entrada
Museo y Parque: 5,00 €
Parque: 2,50 €
Entrada libre los domingos, de 10 a 14 h.
El Jardín permanecerá cerrado los lunes (excepto festivos), por Navidad y en Año Nuevo
Fundação de Serralves
Rua D. João de Castro, 210
4150-417 Porto
Tel. +351 22 615 6500
Fax:. +351 22 615 6533
e-mail: serralves@serralves.pt
www.serralves.pt