Dicen que lo bueno cuando es breve, es dos veces bueno. Exactamente eso es lo que ocurre en esta isla al norte de Italia, donde un pequeño espacio guarda un jardín de ensueño. Los invito a conocerla.
Isola Bella (casi no necesita traducción pero, por las dudas, valga decir que significa Isla Bella, en español) forma parte del conjunto mayor de las Islas Borromeo del Lago Maggiore al norte de Italia.
En medio del Golfo Borromeo, a apenas 400 metros del pueblo Stresa nos espera este pedazo de tierra de 320 metros de largo por 400 de ancho donde cada rincón está ocupado por el Palacio y este jardín de ensueño, con todo el encanto italiano.
Isola Bella tenía todo para convertirse en una atracción turística y eso fue lo que sucedió. Para visitarla debes tomar el servicio de ferry. Puedes elegir si salir desde Stresa, Laveno, Pallanza e Intra. Una buena idea es hacer coincidir tu viaje a la Isla con el festival anual de música que tiene lugar en Stresa. No te arrepentirás.
Hasta 1632 este lugar no era más que un peñasco rocoso donde algunas casitas componían una villa pesquera. Los lugareños hacían referencia a las islas con un nombre austero y práctico: l’isola inferiore or isola di sotto
Otra historia comenzó luego de esa fecha cuando Carlo III, de la Casa Borromeo, decidió construir un palazzo en honor a su esposa. Ella se llamaba Isabella, y por eso se decidió bautizar “bella” a este punto en medio del agua azul cristal. La planificación de los jardines estuvo a cargo de Milanese Angelo Crivelli, quien logró una distribución magnífica de la vegetación, las fuentes, los caminos y la arboleda.
Pasear por el jardín es encontrar una paleta de colores vibrantes, una escala sorprendente de formas y texturas, todo un placer para los sentidos. Ello sin contar que, basta levantar la vista, para vernos envueltos por las aguas del lago y las figuras de montañas que zigzaguean en el horizonte.
El trabajo, sin embargo, no pudo ser terminado porque una plaga azotó el Ducado de Milán, forzando a detener las obras en la isla. Ya para fines de 1600, la situación se normalizó y los jardines volvieron a figurar en la agenda y se inauguraron en 1671.
El arquitecto Carlo Fontana dio los detalles finales a la obra, hasta convertirla en esta belleza que aún hoy podemos conocer. La suntuosidad y exquisitez del Palacio y sus alrededores empezaron a atraer a la villa fiestas y eventos teatrales que convocaban a la nobleza europea.
Otro dato que no debe pasarte inadvertido es que la Isola Bella no es la única que merece ser recorrida. Recuerda que las Islas Borromeo son cinco (tres islas menores, y dos islotes forestales) y todas atraen a los viajeros pues sus paisajes son tan pintorescos que es imposible no caer cautivados ante sus recovecos exuberantes y su historia.
La Familia Borromeo aún posee la mayoría de las islas (entre ellas la Isola Madre, Bella, San Giovanni). Conocerlas es un plan maravilloso para conocer la esencia de Italia, sus colores, calidez, esa cualidad única que vuelve a este país tan entrañable.