Este jardín de marcada tendencia mediterránea combina elementos decorativos y funcionales junto al material vegetal de una forma muy adecuada, sin amontonamientos, de forma que el espacio disponible da la sensación de gran amplitud y acumula, a la vez, los elementos imprescindibles para que nuestro jardín sea un remanso de paz y un estallido de color a la vez.
Disponer el mobiliario, compuesto por una mesa redonda de forja con sobre de cristal (cabe destacar que el cristal se apoya en una rueda de carro, que confiere un toque rústico y cálido a un material frío como el hierro forjado) y diversas sillas, a la sombra de una pérgola de madera y sobre una tarima del mismo material, es una elección acertada, ya que, si el espacio donde comemos estuviera sobre el césped, los restos de comida que cayeran al suelo atraerían irremediablemente a las hormigas y otros insectos. Además la ubicación es muy adecuada, ya que está ligeramente alejada de la barbacoa, de forma que el humo no molesta a los comensales, y situada junto a la cascada artificial, que a buen seguro favorece agradables veladas en que el arrullo del agua acompaña a la conversación.
Por lo que respecta al césped, presenta un aspecto exquisito en toda su extensión. Además, la combinación de traviesas y adoquines para la elaboración del camino que nos guía de una zona a otra del jardín es realmente graciosa, ya que se consiguen dibujos geométricos que rompen la monotonía del verde, destacando por sí mismos y realzando a la vez la calidad del césped, que enmarca cada pieza del dibujo al crecer entre las juntas de adoquines y traviesas.
Las traviesas también son una buena solución, dispuestas de forma vertical y de distintas alturas, para proteger la barbacoa del viento de Levante; y como escalones para subir a la tarima de la zona de estar.
La disposición de plantas y árboles en islas propicia el buen mantenimiento de todo el material vegetal –como sabéis siempre es mejor para la salud de las plantas cultivarlas en grupos, ya que crean un pequeño ecosistema que las favorece. La densidad de las plantas que crecen a los pies de las palmeras y olivos ejercen la función de mulching, ya que al sombrear la tierra evitan la evaporación del agua.
Este jardín está situado en la Costa Dorada Catalana.