Un pequeño jardín


Félix Amado es un aficionado extremeño a la jardinería que vive en Formentera, y es en esta preciosa isla mediterránea donde ha decidido implantar las raíces de su jardín.

 

El jardín está ubicado sobre una antigua plantación de chumberas que fueron arrancadas de raíz y donde se procedió a realizar un buen drenaje de la tierra como primer paso para empezar a realizar las diferentes zonas de plantación.

 

El jardín tiene tan sólo un año de vida, y las plantas que se han ubicado son aún jóvenes, ya que muchas de ellas han sido criadas mediante semillas por el propietario, o bien compradas muy jóvenes ya que parte de la idea de este jardín consistía en crearlo a un precio muy económico, optando por el trabajo y la imaginación e ilusión para conseguir su madurez.

El jardín está justo enfrente de la enramada del patio de la casa, y tiene una salida  que da a otro futuro jardín con un arco armado con dos rosales trepadores.

En un primer arriate se encuentra una bouganvillea que trepa por las vigas de madera, una clarisa grandiflora, y una ave del paraíso aún menudita.

En el arriate de forma escalonada se han plantado cactus y suculentas como la euphorbia y un pluma de santa teresa.

En una de las paredes, se ha hecho una abertura simulando una grieta y confiriéndole un aspecto irregular, y en ella se han plantado dos suculentas y dos euphorbias.

 

En los arriates cuadrangulares, se ha plantado un naranjo enano con un acolchado de greda volcánica, piedra y gravilla gris. En un arriate circular se ha plantado una palmera revoluta y aliso. En otro, realizado a modo de rocalla alta, se ha plantado un bonsái adaptado al exterior, crisantemos, hiedra enana que trepa sobre un soporte hecho con un marco viejo de ventana… Algunos de los detalles que se han utilizado como decoración son un tronco viejo de madera tratada y barnizada, piedras, un barril de vino viejo que expone una maceta con 4 bonsáis de olivos y los imprescindibles enanos. Un puente y un pozo de madera son dos elementos centrales en el recorrido del jardín, que ha sido enlosado con losas de suelo antiguo, colocadas de forma cruzada, como puzzle desigual y creando pequeños arriates en los que se han plantado suculentas, cactus. Una cisterna de inodoro con una mano de pintura ha servido, también, como contenedor de plantas.

Los rosales trepadores no son los únicos que se emparran en este jardín, en un muro contiguo la pasiflora trepa enredándose entre el jazmín que saca sus pequeñas y olorosas flores blancas entre las espectaculares flores de la pasionaria. La iluminación nocturna (luces solares) permite disfrutar de este jardín en las noches de verano y observar la hermosa planta de pepino dulce, las alegrias, los arbustos y todas las plantas que irán madurando en este pequeño jardín mediterráneo.                                                                                                        Propietario Félix Amado

 

 

 

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