Una colmena ocupa este jardín de madera para manifestar la pérdida de colonias de abejas, para reconciliar al hombre con este insecto polinizador y para reflexionar sobre la importancia de la biodiversidad.
Proyecto: Laurence Kimmel, arquitecto-artista, y Clara Sigalevitch, arquitecta-diseñadora de interiores.
La problemática situación actual de las poblaciones de insectos polinizadores, es uno de los principales propósitos de estudio de los autores de este jardín presentado en el decimoséptimo ‘Festival International des Jardins Chaumont-sur-Loire’.
CELDAS DE MADERA
Como los paneles de miel formados por celdillas que comparten paredes en común para contener larvas, polen y miel dentro de la colmena, se distribuyen por el jardín estructuras de madera que simbolizan las colmenas. De cinco centímetros de lado, múltiples prismas cuadrangulares de madera de pino aparecen adosados verticalmente en el suelo o a diferentes niveles. La sección cuadrada de estas celdas simbólicas difiere de la estructura hexagonal que forman las abejas, pero ambas coinciden en su apilamiento y en los huecos intersticiales existentes entre celdas del panal.
A veces estos listones aparecen insertados en el suelo, formando parte del pavimento; otras veces emergen de él y establecen diferentes cerramientos. Estas vallas perimetrales resaltan estéticamente al estar diseñadas por estos perfiles colocados a diferentes alturas y en progresión, trazando líneas onduladas que limitan las distintas divisiones del jardín y volúmenes que amplían de forma importante la percepción visual de todo el espacio.
POLINIZANDO ESPACIOS
Las abejas melíferas son los insectos polinizadores más importantes de las plantas de flor y de mayor productividad para el hombre, un hecho que hace imprescindible que se promueva la protección de las colmenas. El uso inadecuado de plaguicidas en zonas agrícolas, la urbanización incontrolada de terrenos rústicos y forestales, la pérdida de flora silvestre y la contaminación ambiental, han acabado con un gran número de enjambres naturales y en algunas zonas han alterado el equilibrio ecológico. Todas estas consecuencias implican mirar en pos de la diversidad vegetal y, por tanto, de los insectos polinizadores.
Este jardín dividido en 4 partes, adquiere parte de esta responsabilidad introduciendo especies herbáceas propias de praderas de alta diversidad florística. Las especies seleccionadas comparten el verde de sus tallos y la tonalidad azul de sus floraciones: como en los capítulos de la Centaurea montana, en las esferas de la Echinops ritro, en las espigas de la Veronica spicata, de la aromática Salvia patens ‘Cambringe Blue’ y de los estambres de la amapola oriental, de pétalos color carmesí. En conjunto, se terminan estableciendo pequeños parterres de gran riqueza vegetal y de elevada capacidad polinizadora.
UN JARDÍN PARA ‘COMPARTIR’
La idea de compartir se proyecta en dos vertientes: desde un punto de vista ecológico – compartir hombres y abejas el mismo medio; y desde el punto de vista de diseño paisajístico – compartir y dividir una parcela destinada a ser un jardín.
A veces los listones de madera se apilan unos a otros estructurando un asiento ondeado o una cabaña para las abejas, donde un enjambre permanece protegido, pudiendo desarrollar las abejas que lo componen sus diferentes funciones vitales y productivas distribuidas en castas.
Estos dos elementos del jardín promueven el descanso, la relajación, la observación del vuelo de los insectos polinizadores, la expectación de su actividad diaria y la espera de un equilibrio idóneo de la naturaleza.
FICHA TÉCNICA
Nombre del jardín: Un champ partagé
Festival de Jardinería: Festival internacional Chaumont-sur-Loire
Situación: Francia
Autores: Laurence Kimmel y Clara Sigalevitch
Año de realización-ejecución: 2008
Fotografías: Josep M. Mompín