El árbol, el verdadero rey de los anillos

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Cuando vemos a alguien con la piel muy arrugada, lo primero que pensamos es que esta persona debe haber vivido muchísimos años. Inmediatamente asociamos estos surcos y manchas en la piel con su edad, y hasta con algún estilo de vida en particular.

Pero cuando nos da por hacer un análisis más escrupuloso, nos fijamos hasta en la profundidad de las arrugas o en el área específica donde se encuentran, intentando encasillar a la persona en una edad que se aproxime a la que nos hemos imaginado.

Demasiadas veces llegamos a un rápido veredicto, y sentenciamos a esta persona a la edad y estilo de vida que nuestro análisis nos ha proporcionado. Sin embargo, como muchas veces nos debe haber sucedido, más tarde nos enteramos de que hemos llegado a una conclusión que está totalmente errada.

Como sabemos, hay personas de muchísima edad que no lo aparentan y dan muy pocos indicios de envejecimiento.

Y otros mucho más jóvenes, que por una razón u otra aparentan tener mucha más edad de la que realmente tienen.

Pues con los árboles sucede lo mismo. Podemos ver un árbol con ciertas características y pensar que tiene todos los años del mundo. O por el contrario ver uno pequeño o raquítico y pensar que tiene muy pocos. Nada, que al final, igual que sucede con nosotros los seres humanos, una cosa es la apariencia física y otra su verdadera historia y edad cronológica. Entonces, la mejor forma de conocer la verdadera edad de un árbol y su pasado estilo de vida, es a través de la lectura de sus anillos. En el caso de los humanos, creo que lo más fácil es preguntar, o quizás aún mejor, nunca enterarse.

 

¿Qué significan los anillos?

De seguro has visto alguna vez el tronco de un árbol cortado a la mitad. Igual habrás notado la cantidad de anillos o círculos que hay marcados en su interior. Lo natural es que estos se expandan desde el centro del árbol hacia fuera y en forma circular según el árbol crezca.

Estos anillos se irán haciendo más grandes según se separan del centro, como si fueran las ondas que se forman en el agua cuando le lanzamos una piedra.

Estos anillos no sólo marcan la edad de un árbol, sino que también nos pueden dar detalles sobre el tipo de vida que ha llevado el mismo. Pero para leerlos, lo primero que hay que saber es que cada anillo marca un periodo de un año. Así que si encontramos cinco anillos en un árbol, esto significa que tiene cinco años de vida. La lectura se hace del centro hacia afuera. O sea que su primer año de vida lo marca el anillo más al centro. ¿Sencillo no?.

Ahora, si te fijas con detenimiento, verás que no todos los anillos son iguales. Según los árboles se van desarrollando (igual que nosotros los humanos) estos van pasando por diferentes etapas de crecimiento y experiencias de vida. Unas de mayor abundancia y alegrías, otras de mayor sequía y sufrimiento. Así que todas estas diferentes etapas van quedando marcadas en estos anillos como si fueran parte de un pequeño diario. Sirviendo de testimonio sobre lo que pasó en cada etapa y cada año en específico.

Lectura básica de los anillos

Siguiendo el ejemplo del árbol con los cinco anillos, ya determinamos que ese árbol tiene cinco años. Pero si nos fijamos detenidamente, notaremos que algunos anillos pueden ser más anchos que otros o mostrar diferentes tonalidades en la madera.

Por lo general un anillo ancho y bien marcado significa que ese año el árbol recibió buena alimentación, agua suficiente y el sol necesario para un crecimiento saludable. Si por el contrario el anillo es estrecho y no muy definido, podemos intuir que ese año no recibió los cuidados adecuados y que tal vez quedó algo mal nutrido.

Los anillos y las estaciones del año

El color y el ancho del centro de los anillos también varía dependiendo de la estación del año en que se produzcan. Según los árboles crecen, es normal que estos necesiten desarrollar mayor cantidad de células para extenderse y crear más tejidos que conduzcan el agua y los minerales desde las raíces hasta las hojas.

Así que dependiendo de la estación del año donde estas células y tejidos se creen, variarán las características en el centro de estos anillos. Por ejemplo, los anillos desarrollados durante la primavera son mucho más anchos y de tonalidades más claras que los que se crean durante el otoño.

Esto se debe a que en la primavera, usualmente existen condiciones ideales para que los árboles se desarrollen, y esto los árboles lo saben. Así que aprovechan esta época para estirarse, utilizando ricos nutrientes y aprovechando el sol que brilla entre primavera y verano.

Igual que con nosotros los seres humanos, son muchos los factores que pueden moldear el desarrollo de un árbol. Estudiando sus anillos encontraremos un recuento cronológico de su pasado y de sus experiencias sobre este mundo. Inclusive, los anillos de un árbol nos pueden ayudar a identificar en qué año hubo una gran escasez de agua, una inundación o quizás una fuerte nevada en esa región específica.

Los árboles no sólo nos proveen oxígeno, sombra, madera y alimentos, pero también son testimonio de la evolución de nuestro planeta. Estudiar sus anillos nos ayuda a conocer eventos importantes del pasado, sus consecuencias en la naturaleza y a saber cómo prepararnos en caso de que vuelvan a repetirse.

http://jardin.about.com/od/elreinovegetal/a/El-Arbol-El-Verdadero-Rey-De-Los-Anillos.htm

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